L’aposta dels socialistes pel diàleg

La apuesta de los socialistas por el diálogo

EL SIGLO, 10.02.14

En la situación política en que se encuentra Catalunya, y sobre la cual he escrito en anteriores ocasiones en estas páginas, el diálogo, el entendimiento, la búsqueda de puntos de encuentro, el escuchar las razones y los razonamientos de unos y otros se hace imprescindible para buscar una salida que nos aleje definitivamente del choque de trenes al que Mas y Rajoy parecen resignarse.

El PSC de Pere Navarro y el PSOE de Rubalcaba han alzado la bandera del diálogo y buscan activamente una salida al conflicto. Como hemos defendido desde el primer día, sólo mediante el diálogo, sin decisiones unilaterales, sin ultimátums, sin imposiciones, será posible reconducir una situación que puede acabar en desastre o en una gran frustración colectiva.

El PSC y el PSOE han presentado un proyecto alternativo. Una propuesta. Porque el diálogo sólo puede producirse a partir de propuestas. Gracias a un gran esfuerzo de consenso interno, los socialistas hemos sido capaces de poner sobre la mesa una propuesta de reforma federal de la Constitución de 1978. Una propuesta abierta al debate con todos.

De nuestro compromiso con el diálogo hay dos pruebas bien recientes en los últimos días. La primera fue la entrevista-charla que Jordi Évole propició en La Sexta entre el president de la Generalitat Artur Mas, y el ex presidente del Gobierno Felipe González. Debemos celebrar esta iniciativa periodística, premiada por la audiencia, y señalar también la inexplicable ausencia en ella de un representante del partido que gobierna España, que había sido invitado a participar, precisamente porque tiene en su mano la capacidad de desencallar este conflicto.

La segunda prueba se dio al día siguiente, cuando la presidenta de la Junta de Andalucía, la socialista Susana Díaz, llegaba visitaba Cataluña con una agenda llena de encuentros, y una predisposición total a sentarse a escuchar y proponer. La visita de la presidenta andaluza al Palau de la Generalitat es un hecho de innegable importancia política y sus palabras deben ser escuchadas y leídas con especial interés por quienes quieran contribuir a resolver el problema.

Susana Díaz fue la protagonista del almuerzo organizado Barcelona Tribuna, el foro de debate de La Vanguardia, siendo presentada por el padre de la Constitución, Miquel Roca. Su intervención, ante una muy nutrida representación de la sociedad civil catalana, certificó la existencia de un sólido pacto federal forjado por el socialismo español. Sus palabras hablan por sí solas: “Proponemos, algo fundamental, el encuentro frente al desencuentro, y apostamos por una reforma valiente de nuestro sistema de convivencia frente a otros que prefieren la ruptura de la convivencia. Y estamos convencidos que es necesaria una convivencia plural sin prevalencias sin exclusiones. Esa es la seña de identidad de una sociedad avanzada. Lo que queremos, con nuestra propuesta de reforma constitucional es lograr un Estado más eficaz, más democrático y más integrador. En definitiva, lo que buscamos es un Estado de estructura federal. Una reforma que, entre otras cosas, dé solución a los problemas que hoy están sobre la mesa y, en lo que se refiere a la estructura territorial son, principalmente, los siguientes: la clarificación de competencias; que el Senado sea verdaderamente una cámara territorial; el reconocimiento de las singularidades que existen y que todos conocemos; la participación federal en asuntos europeos y las bases de nuestra financiación”.

Así pues, se equivocaban tanto quienes menospreciaban la capacidad de consenso interno de los socialistas e intentaban despreciar las iniciativas de Pere Navarro, como quienes auguraban a la propuesta federal un magro porvenir. El compromiso manifestado por la presidenta de la Junta y su voluntad de implicarse activamente en el debate afianza definitivamente la apuesta política de la dirección socialista encabezada por Alfredo Pérez Rubalcaba.

La propuesta federal debe ser tomada en serio, debe ser contrastada con otras propuestas, si las hay, y debe ser discutida a fondo. Nadie debe esquivar su responsabilidad en una crucial cuestión de Estado. Y, menos que nadie, el presidente del Gobierno de España, y el máximo representante del Estado en Cataluña, que no es otro que el president de la Generalitat. En 1978, fuerzas de tradiciones mucho más enfrentadas entre sí que las que hoy conocemos, supieron ponerse de acuerdo para forjar un espacio común de convivencia a partir de unas normas legales democráticas. Hay que renovar hoy, 35 años después, ese gran pacto, el acuerdo que permitió compartir un proyecto común a los pueblos de España, a los ciudadanos y ciudadanas que aspiraban a un futuro mejor desde el respeto a sus identidades compartidas. Todos estamos convocados a ese esfuerzo en el que los socialistas no vamos a desfallecer.

Mas i Rajoy, responsables

Mas y Rajoy, responsables

ABC, 23.01.14

Del actual embrollo tanto Mas como Rajoy son responsables. El president Mas por empeñar su palabra en una consulta imposible de encajar en el actual marco legal y por ir tomando decisiones que hacen imposible cualquier negociación para modificarlo. No es correcto llenarse la boca de voluntad de diálogo mientras se adopta de forma unilateral un acuerdo sobre pregunta, fecha y mecanismo legal para convocar la consulta. Quien lanza un órdago no puede pretender luego abrir una negociación. La declaración de soberanía del 23 de enero de 2013 señalaba ya el rumbo a un callejón sin salida y la negativa del gobierno de Rajoy a negociar ha llevado a Mas a cometer un error definitivo que no es otro que exigir la autorización para una consulta que pretende cuestionar los artículos 1.2 y 2 de la Constitución española. Sin acuerdo no puede haber consulta, y el maximalismo impide cualquier negociación seria para conseguirlo.

Pero los errores de Mas no deben ocultar la responsabilidad de Rajoy que viene de muy atrás. Habría que remontarse a la pretensión de que el proyecto de Estatut no fuera ni siquiera admitido a trámite por el Congreso. Cabría recordar también la ilegal pretensión de convocar un referéndum contra el Estatut a través de la recogida de firmas en toda España, el recurso de inconstitucionalidad presentado contra 114 preceptos del Estatut, el esfuerzo por condicionar la labor del Tribunal Constitucional recusando a un magistrado y bloqueando su renovación, etc. O su política recentralizadora en tantos terrenos o su pretensión de interferir en las competencias educativas de la Generalitat para cambiar un modelo lingüístico que se aplica con éxito y sin sobresaltos desde hace 20 años. Por no hablar de la infamia de llamar LAPAO a la variedad del catalán hablada en la Franja de Aragón.

Desgraciadamente, hoy todos somos rehenes de la cerrazón de Mas y Rajoy, pero son precisamente los dos mayores responsables del embrollo quienes tienen la responsabilidad institucional de sacarnos de él. Los socialistas tenemos propuestas federales concretas para superar un desencuentro del que nada bueno puede derivarse. ¿Sabrán prescindir de la manipulación de sentimientos y de atizar el conflicto para encontrar desde la política soluciones a los problemas? Espero que el recién estrenado año les ilumine y nos ahorren disgustos y alguna calamidad. Porque necesitamos más propuestas y menos bravatas.

La deriva autoritària del PP

La deriva autoritaria del PP

EL SIGLO, 20.01.14

Hace unos días, una publicación de carácter satírico, muy conocida en las redes sociales, daba la noticia de que el Gobierno de Irán había enviado una carta a Rajoy felicitándole por la nueva Ley del Aborto. Ciertamente este escenario inventado que, de momento y que sepamos, no se ha dado, no estaría muy lejos de la realidad a tenor de la aprobación por el Parlamento de Irán en 2005 de una ley del aborto menos restrictiva que la española. El Parlamento de Irán se vio enmendado un mes después por el Consejo de Guardianes, que la invalidó, imagino que por considerarla demasiado liberal.

En España nuestro consejo de guardianes, encargado de que todo se haga en consonancia con el espíritu de la revolución, está encarnado en el Consejo de Ministros de un Gobierno ocupado por velar que todo se haga en consonancia con el espíritu autoritario y nacional católico, en abierto contraste con la orientación del nuevo Papa.

Muchas de las diversas iniciativas del Gobierno de Mariano Rajoy llevan el sello de una deriva autoritaria más que evidente.

Mariano Rajoy recibió una mayoría absoluta en 2011, y con ella y sobre ella lanza sobre los españoles un mantra más ideológico que político.

El Gobierno del Partido Popular está sembrando España de leyes e iniciativas con denominador común: serán derogadas en cuanto el PSOE vuelva al Gobierno, la reforma laboral la primera. No sólo está incumpliendo el programa electoral con el que se presentó a las elecciones y por el que recibió el actual mandato, sino que está gobernando sólo para algunas minorías.

Mariano Rajoy en lo que llevamos de legislatura (por cierto, sólo llevamos ¡¡¡dos años!!!), ha pasado, por ejemplo, de prometer no dar dinero público a los bancos a dar más de 60.000 millones. Dijo que no subiría impuestos ni tocaría las pensiones, y ha acabado haciendo lo uno y lo otro.

El ministro Wert es artífice de la peor Ley de Educación de la democracia, que ataca la inmersión lingüística en Catalunya, invade competencias, y entre otras cosas hace de la Religión una asignatura evaluable. Mientras, amenaza a los Erasmus con quedarse sin beca, o directamente pone barreras para estudiar en la universidad aumentando las matrículas. Wert también es el artífice del IVA cultural, que está ahogando aún más a una industria clave y al talento creador.

El ministro Fernández Díaz elabora el proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana que considera a los ciudadanos como un peligro potencial, y la Ley de Seguridad Privada, facultando a los vigilantes de seguridad para detener ciudadanos en la vía pública.

Alberto Ruiz-Gallardón introduce nuevas tasas judiciales, reforma el Código Penal e impulsa, como decía al principio, la Ley del Aborto más restrictiva de la democracia. Se producen recortes en Sanidad y propuestas de copago por parte de la ministra Mato. Se abandona casi literalmente la investigación. Todo ello a golpe de recortes y de decreto ley, ya que casi un tercio de las iniciativas han sido de este tenor.

Sin olvidar el contencioso territorial en España, en el que Rajoy pretende negar la evidencia de que existe, incapaz como es de proponer solución alguna, proponiendo dialogar sobre todo sin hablar sobre nada.

Mariano Rajoy está convirtiendo su mandato en un vía crucis para los ciudadanos. Un vía crucis del que aún estamos en la mitad de las estaciones, y en el que, bajo el peso de las iniciativas y leyes de este Gobierno, las espaldas de los ciudadanos van crujiendo.

Quienes ejercemos democráticamente la labor de oposición, debemos levantar nuestra voz, escuchar y acompañar las necesidades y reivindicaciones de los ciudadanos, ofrecer nuevas y diferentes soluciones, denunciar lo que está sucediendo, evidenciar las carencias. Y, sobre todo, estamos obligados a construir una alternativa seria, transparente, participativa, y que cuente con los ciudadanos, y que no se encarnice con ellos.

Pressupostos equivocats

PRESUPUESTOS EQUIVOCADOS
ABC, 28.11.13

Tras un año 2013 sin nuevo presupuesto, aferrados a una prórroga, el gobierno de CiU ha pactado con ERC las cuentas públicas para el próximo año. Estos días asistimos a la enésima maniobra de Mas y Junqueras, cuyo único cimiento es celebrar una consulta soberanista en 2014. El rumbo independentista marcado por Oriol Junqueras priva a Artur Mas de toda capacidad de maniobra, obligado a pilotar un barco que tiene fijado un rumbo de colisión. Los presupuestos y la ley de medidas fiscales y financieras para 2014 son insolidarios, injustos, ineficaces para la recuperación económica e incapaces de garantizar la necesaria cohesión social en nuestro país.

Un dato clarificador: el gasto social, en términos reales, ha retornado a los niveles de 2004, cayendo en salud un 22,5 %, en educación un 28% y en bienestar casi un 24 %. Después de perder un año con la prórroga de 2013, ahora retrocedemos diez años con las cuentas de 2014. Y todo y que se nos dice que no habrá más recortes, faltan 2.318 millones que nadie sabe de dónde saldrán. Los presupuestos subrayan la incapacidad de Mas de salirse del guión soberanista y del pacto-trampa con ERC. Salvo el debate sobre la consulta y la independencia, este gobierno no tiene un plan eficaz para combatir la crisis, promover la recuperación y crear empleo, y defender el Estado del bienestar. Los catalanes serán más pobres, más desiguales y tendrán menos oportunidades.

La actitud del PSC es de oposición a estos presupuestos, pero no nos limitamos a oponernos. Por ello, y como defendemos un modelo diferente y una alternativa posible, hemos presentado ocho propuestas concretas para mejorar estos presupuestos:

Por el lado de los ingresos: aprobar el incremento de impuestos en el año 2013 , sin esperar al 2014; profundizar la reforma del impuesto de sucesiones para recaudar más y hacerlo más progresivo; reforzar el cobro a terceros de servicios sanitarios cuando hay cobertura de seguros, especialmente de mutuas laborales y accidentes; extender la central de compras a todo el sistema sanitario de provisión pública; eliminar deducciones, exenciones y bonificaciones fiscales, haciendo el sistema tributario mucho más justo y progresivo; obtener más recursos provenientes de la mejora del sistema de financiación. Por el lado del gasto, presupuesto de base cero, priorizando salud, educación y servicios sociales, y reformar la administración para hacerla más flexible y eficiente.

La responsabilitat del PP

LA RESPONSABILIDAD DEL PP
EL SIGLO, 25.11.13

Hace pocos días el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, hacía una afirmación contundente: “Cataluña va a sacar a España de la crisis”. Coincido plenamente con él y me permito añadir una reflexión que me gustaría fuese compartida por muchos: lo que más conviene a España es una Cataluña que se sienta respetada y cómoda en ella, y que pueda desarrollar sin cortapisas su enorme potencial económico en beneficio de los catalanes y de todos  los españoles.

Siendo Cataluña una sociedad plural, basta con analizar de la forma más objetiva posible resultados electorales, encuestas y movilizaciones ciudadanas para comprobar que una amplia mayoría de catalanes muestra una significativa insatisfacción con respecto al actual statu quo, y resultaría temerario desconocer que una porción relevante de los catalanes considera que sólo la independencia colmaría sus aspiraciones.

Creo que el PP no calibró los efectos que podría llegar a tener la percepción del fracaso de la vía estatutaria que podría generar una Sentencia del Tribunal Constitucional que, aunque afortunadamente no satisfizo las aspiraciones de quienes recurrieron el Estatuto, particularmente las demandas del propio Partido Popular, sí alteró lo que los ciudadanos habían sancionado en las urnas. Y el pacto que debe sanar esa herida, deberá ser también votado por los ciudadanos.

El PP hizo bandera de su oposición al Estatuto, recogió firmas en toda España para promover un imposible referéndum y, desde el gobierno, ha desarrollado una política de claros componentes recentralizadores y hostil en temas tan sensibles como la educación y la lengua a través de la Lomce o del acuerdo de denominar ‘lengua aragonesa propia del área oriental’ a la variedad del catalán hablada en Aragón.

Es sencillo establecer una correlación directa entre el incremento del independentismo en Cataluña con políticas hostiles con respecto a las aspiraciones mayoritarias de los catalanes. ¿Es casualidad que los mayores ascensos electorales de ERC se produzcan en períodos de gobierno del PP? Basta con ver los resultados obtenidos por ERC en las elecciones generales de 2004 o los que hoy anuncian todas las encuestas en Cataluña. Así pues, no puede sorprender que muchos analistas consideren que algunas orientaciones políticas del PP son una verdadera fábrica de independentistas.

No pretendo en absoluto que el PP cambie de principios ni que renuncie a sus ideas. Pero sí querría apelar a su patriotismo. El mejor servicio a España y a su unidad es hoy demostrar capacidad de integración. Y nadie puede negar que nos enfrentamos a un profundo y extendido malestar catalán que hasta hoy no ha recibido una adecuada respuesta política. Los socialistas de toda España hemos convenido que la mejor respuesta tanto a las insuficiencias del Estado de las Autonomías como a las demandas de mejor autogobierno surgidas en Cataluña es impulsar una reforma constitucional federal. Una reforma que, naturalmente, solo puede abordarse desde una voluntad de renovar el consenso de 1978, un consenso en el que el PP debe participar. Lógicamente estamos dispuestos a escuchar y a estudiar otras propuestas, pero no aceptaremos, por imposible y por puro sentido común, la negación del problema. Apelo, pues, al patriotismo, y también a la inteligencia del presidente Rajoy. A él corresponde la máxima responsabilidad de abrir espacios para el diálogo. Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro han avanzado propuestas y, sobre todo, su disposición a colaborar en la búsqueda de soluciones. También podríamos contar con la inestimable ayuda de Josep Antoni Duran Lleida, Miquel Roca o Felipe González. Y me gustaría también añadir nombres señeros de la derecha española, que seguro que los hay. Pero, repito, la principal responsabilidad corresponde al presidente del Gobierno.

Espero que más temprano que tarde, el president Mas reconozca que se ha equivocado de estrategia. Que no puede fiarlo todo a una consulta que hasta ahora se ha visto incapaz de acordar. No va a haber consulta sin acuerdo. No puede haberla. No habrá solución unilateral y, aún menos, ilegal. Centrémonos, pues, en lo fundamental: abramos líneas de comunicación, de diálogo, de negociación y acuerdo. Tendamos puentes y aislemos a quienes quieren dinamitarlos. Premiemos las propuestas en positivo y censuremos a quienes solo buscan el conflicto. Solo así podremos avanzar y demostrar a una gran mayoría de los catalanes y de los españoles de que juntos podemos hacer cosas importantes: salir de la crisis, mantenernos con cabeza alta en Europa y garantizar un modelo social solidario. Fuimos capaces de superar diferencias aparentemente irreconciliables en 1978. ¿No seremos capaces hoy de volver a hacerlo? ¿Negaremos a las generaciones más jóvenes la oportunidad que a nosotros nos han brindado los últimos 30 años? A ese esfuerzo los socialistas contribuiremos en cuanto haga falta.

Uns pressupostos trucats i injustos

UNS PRESSUPOSTOS TRUCATS I INJUSTOS
lanoticia.cat, 22.11.13

Després d’un any amb els pressupostos prorrogats, el govern de Convergència i Unió ha pactat amb ERC el suport d’aquest partit als comptes públics per a l’any vinent. Aquests dies assistim a la enèsima complicitat entre Mas i Junqueras, amb l’únic objectiu de poder fer la consulta sobiranista el 2014. El rumb independentista marcat per Oriol Junqueras ofega la capacitat de maniobra del president Mas, obligat a conduir un vaixell que té fixat un rumb de col·lisió.

Els pressupostos i la llei de mesures fiscals i financeres pel 2014, son insolidaris, injustos, ineficaços per a la recuperació econòmica i incapaços de garantir la necessària cohesió social al nostre país. Una dada és clarificadora en aquest aspecte: la despesa social, en termes reals, ha retornat als nivells de 2004, caient la despesa en salut un 22’5 %, la d’ensenyament un 28 % i la de benestar gairebé un 24 %. Després de perdre un any amb la pròrroga del 2013, ara en retrocedirem 10 amb els comptes per 2014. I tot que se’ns diu que no hi hauran més retallades, falten 2.300 milions d’euros que ningú no sap d’on sortiran.

Els pressupostos subratllen la incapacitat de Mas de sortir del guió sobiranista i del pacte-gàbia amb Junqueras. Tret del debat sobre la consulta i la independència, es demostra amb total nitidesa que aquest govern no té un Pla eficaç per combatre la crisi, la creació d’ocupació, la defensa de l’Estat del benestar i el rellançament econòmic. El 2014 els catalans seran més pobres, més desiguals i tindran menys oportunitats.

L’actitud del PSC és d’oposició a aquests pressupostos, com vam explicar al debat de les esmenes a la totalitat. Però també és proactiu. Per això, i com defensem un model diferent i una alternativa possible, hem presentat 8 propostes concretes per millorar aquests pressupostos:

Per la banda dels ingressos: aprovar l’increment d’impostos l’any 2013, sense esperar el 2014; aprofundir la reforma de l’impost de successions per recaptar més i fer-lo més progressiu; reforçar el cobrament a tercers de serveis sanitaris quan hi ha cobertura d’assegurances, especialment de mútues laborals i accidents; estendre la central de compres a tot el sistema sanitari de provisió pública i aprofundir en els ens de gestió compartida de base territorial; eliminar deduccions, exempcions i bonificacions fiscals, fent el sistema tributari molt més progressiu; obtenir més recursos provinents de la millora del sistema de finançament. Per la banda de la despesa, pressupost de base zero, prioritzant salut, ensenyament i serveis socials; i fer una administració més flexible i eficient.

Sense acord no hi ha consulta

Sin acuerdo no hay consulta
ABC, 31.10.13

Aunque el debate público catalán gire obsesivamente alrededor del tema de la consulta y sea cual sea la opinión que se tenga al respecto, parece claro que no habrá consulta el año que viene. El president Mas fue especialmente rotundo cuando dijo que no convocaría una consulta sin la autorización del Estado, y no parece que el Gobierno del PP, que ni siquiera permite al president a dirigir unes breves palabras a unos invitados extranjeros en el propio Palau de Pedralbes, vaya a autorizarla.

Las actuaciones que CiU y ERC tienen programadas para obtener la autorización para celebrar la consulta no sólo no prosperarán, sino que parecen pensadas para garantizar su fracaso. ¿Qué sentido tiene llevar al Congreso de los Diputados cualquier iniciativa que no haya sido previamente negociada con el Gobierno del PP, que goza del apoyo de una mayoría absoluta de la Cámara? ¿En qué cabeza cabe una negociación sobre la consulta si se fija de antemano y de forma unilateral la pregunta? ¿Cómo se pretende que el Estado transfiera a la Generalitat la capacidad de convocar referendos sin haber acordado antes su contenido?

Por si hubiera alguna duda, el diputado de ERC, Joan Tardà, que parece conocer la pregunta que CiU y ERC quieren formular, ha avanzado que «cuando los diputados del PP la conozcan, enloquecerán». No creo que sea ese el mejor camino para obtener la autorización del Estado para celebrar la consulta. ¿Acaso olvidamos que fue precisamente el acuerdo sobre la pregunta entre los Gobiernos de Londres y Edimburgo lo que permitirá votar a los escoceses en 2014?

Para cambiar la estructura interna y más aún las fronteras de un Estado democrático miembro de la Unión Europea no hay otra vía que la negociación y el acuerdo. No hay atajos unilaterales o ilegales. Por eso los socialistas nos hemos comprometido a una reforma constitucional federal sobre la que los ciudadanos se deberán pronunciar con su voto.

Guanyar temps… o perdre’l

Guanyar temps… o perdre’l
EL PERIÓDICO, 28.10.13

¿Per què estic convençut que el 2014 no es farà la consulta? Perquè crec en la paraula del president Mas quan va dir que no la convocaria sense l’autorització de l’Estat, i estic convençut que el govern del PP no l’autoritzarà. Mirem la realitat de cara, si Mariano Rajoy no ha deixat que el president Mas adrecés unes breus paraules protocol·làries a uns convidats estrangers al Palau de Pedralbes, ¿com podem creure que autoritzarà la consulta?

El president Mas va ser rotund: sense autorització no hi haurà consulta i la forma a través de la qual els ciutadans hauran de fer sentir la seva veu a les urnes serà a través d’unes eleccions al Parlament que serien qualificades de “plebiscitàries”. Ningú no sap ben bé què vol dir això d’unes eleccions plebiscitàries (va dir Duran a 8TV), però sembla que la intenció seria la d’assegurar una majoria parlamentària que pogués aprovar una declaració unilateral de sobirania. Una declaració que seria un brindis al sol a menys que països rellevants (els més importants de la Unió Europea i els que tenen dret a veto en el Consell de Seguretat de les Nacions Unides) estiguessin disposats a donar-la per bona. I hi ha qui diu que, en tot cas, la declaració unilateral de sobirania permetria seguir guanyant temps si els seus efectes quedessin suspesos mentre els ciutadans no poguessin ratificar-la en referèndum… que hauria d’autoritzar l’Estat.

Val a dir que el president Mas va ser del tot sincer quan va dir que l’anomenat procés de transició nacional ens portaria a “terra incògnita”. I també era conscient que el que anomenava “procés de transició nacional” o, de forma abreviada, “el procés”, requeria del suport d’una “majoria extraordinària”. Precisament per obtenir aquesta “majoria extraordinària” va convocar unes eleccions anticipades. De forma sorprenent, després de comprovar que la ciutadania no sols no li havia proporcionat la majoria extraordinària que ell demanava sinó que CiU va perdre dotze escons, no va modificar el seu full de ruta i, fent com si res, es va posar en mans d’Oriol Junqueras. De fet, CiU està gestionant una derrota política i l’únic que sembla guiar les seves actuacions és guanyar temps. Guanyar temps confiant probablement en la recuperació econòmica i en el fet que el PP perdi les properes eleccions generals o, almenys, perdi la majoria absoluta.

Perquè, en efecte, només en un escenari polític diferent a nivell de tota Espanya es podrà negociar una consulta i/o un nou pacte que pugui ser sotmès al vot de la ciutadania. En un Estat democràtic membre de la Unió Europea és impensable una alteració de les fronteres o una reforma en profunditat del sistema institucional que no passi per un procés de negociació i acord. No hi ha dreceres unilaterals o il·legals. I això ho sap el president Mas.

Potser per això, el president Mas vol guanyar temps. Vegem-ho. Cal recordar que el punt 4 de l’annex 1 (‘Procés de convocatòria de la consulta sobre el futur polític de Catalunya’) de l’anomenat ‘Acord per a la transició nacional i per garantir l’estabilitat parlamentària del govern de Catalunya’ subscrit entre CiU ERC el desembre del 2012 establia com a objectiu: “Obrir un procés de negociació i diàleg amb l’Estat espanyol per a l’exercici del dret de decidir que inclogui l’opció de convocar un referèndum, previst en la llei 4/2010 del Parlament de Catalunya, de consultes populars per via de referèndum. En aquest sentit, s’estableix el compromís de formalitzar la petició dins del primer semestre del 2013” (el subratllat és meu). És obvi que aquest termini no es va complir i probablement per això no s’ha pogut aprovar el pressupost de la Generalitat d’enguany. Aquest primer incompliment seriós explica que ERC hagi supeditat el seu suport als pressupostos de la Generalitat pel 2014 a la fixació d’una data i una pregunta per a la consulta, i que el president Mas no hagi tingut altre remei que acceptar-ho. Un altre any sense pressupost seria inacceptable.

Fixada la data i la pregunta i amb l’acord pressupostari tancat, probablement el president Mas intentarà que ERC entri al govern, esmenant així l’error de començar una legislatura sense una majoria i un govern prou sòlids després de no haver obtingut la majoria extraordinària que es pretenia. Ja veurem què decideix finalment Oriol Junqueras. També s’intentarà per part de CiU que ERC accepti formar part d’una candidatura conjunta a les eleccions europees. Així CiU s’estalviaria una probable derrota, es convertirien les eleccions europees en un succedani de la consulta i, novament, es guanyaria temps. Tot això tensionarà encara més les relacions entre CDC i UDC.

El president es va comprometre a fixar data i pregunta abans d’acabar l’actual període de sessions i des d’ERC s’afirma que serà abans del 15 de desembre (“I els diputats del PP embogiran”, va dir Joan Tardà). Els socialistes ja vàrem dir que enteníem que això era un error per una raó ben senzilla: és obvi que la fixació unilateral d’una data i una pregunta impossibilita qualsevol negociació amb l’Estat. ¡Precisament el que cal negociar és la pregunta! No té cap sentit portar al Congrés dels Diputats iniciatives sobre la consulta sense haver-les acordat abans amb el govern d’Espanya, que, recordem-ho, té el suport d’una majoria absoluta al Congrés dels Diputats i al Senat. ¿Com aprovaran una consulta sobre una pregunta una majoria de diputats que “embogiran” en conèixer-la? Tampoc no té gaire sentit demanar un xec en blanc, és a dir, demanar la transferència de la competència per convocar referèndums. ¿Com volem que l’Estat autoritzi una consulta sense haver acordat abans la pregunta que es vol sotmetre a la ciutadania? ¿Que no dèiem que ho volíem fer com Escòcia? ¿Què és el que van acordar Cameron Salmond sinó la pregunta? Mirem la realitat de cara, ¿de què serviria portar iniciatives al Congrés si estan condemnades de bell antuvi al fracàs perquè no han estat negociades prèviament? ¿Repetir l’experiència del ‘pla Ibarretxe‘ del que avui ningú no se’n recorda? Bé, serviria per guanyar temps. I per augmentar la tensió, per sobreescalfar l’ambient, per impedir qualsevol “tercera via” (cosa en què Mas i Rajoy estan absolutament d’acord) i, de retruc, dificultar encara més qualsevol tipus de negociació seriosa sobre la consulta.

Perquè, al final, sembla que no es tracta de fer la consulta; del que es tracta és fer que CiU guanyi temps. Però estic convençut que els catalans, en canvi, perdem el temps si renunciem a cercar un nou pacte que ens permeti sortir del cul de sac al que uns i altres ens han abocat (“Estem atrapats”, va dir Duran), si renunciem a construir una tercera via que eviti un xoc de trens en el que tots tenim tant a perdre. Això és el que intenten Pere Navarro Alfredo Pérez Rubalcaba amb la nostra proposta de reforma constitucional federal.

Dialogar, pactar, decidir

Dialogar, pactar, decidir
EL SIGLO, 23.09.13

¿Es posible que a estas alturas aún haya quien piense que nada debe cambiar en las relaciones entre Cataluña y el resto de España? No es el caso de Alfredo Pérez Rubalcaba y sinceramente deseo, por el bien de todos, que no sea el caso del presidente Rajoy. Nadie debería creer que estamos frente a una calentura que se disipará con el tiempo. Ni consolarse con el retroceso experimentado por CiU en 2012, sin ver el correlativo ascenso de ERC y las CUP. Nadie debería olvidar que en todas las legislaturas del Parlament, excepto en la primera, la suma CiU/ERC alcanza la mayoría absoluta. Nadie debería desdeñar las grandes movilizaciones de 2010 tras la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto con el lema “Som una nació. Nosaltres decidim”, de 2012 con el lema “Catalunya, nou Estat d’Europa” y de la reciente Diada. Tampoco debe obviarse el hecho de que muchos de los que no participamos en la “Via catalana cap a la independència” por no compartir su objetivo final, queremos cambios profundos en la relación entre Cataluña y el resto de España. Y recordar que los presidentes Maragall y Montilla llevaban muchos años advirtiendo del riesgo que hoy sería absurdo negar.

Es difícil saber con exactitud cuántos ciudadanos y ciudadanas de Cataluña desean la secesión, mientras su voluntad no sea contrastada en las urnas en una consulta que el Estado, al menos hasta ahora, no está dispuesto a autorizar. Incluso Patxi López, que se opone al derecho a decidir, escribió en enero de este año en una tribuna de opinión publicada en El País: “No es fácil, efectivamente, explicar desde una perspectiva democrática la negación de una vía por medio de la cual una parte de nuestro territorio institucionalmente definida pueda segregarse de él, si lo demanda de forma nítida y reiterada una mayoría muy cualificada de su población. Así lo han razonado en estas páginas personas tan poco sospechosas de veleidades independentistas como el profesor Rubio Llorente o José María Ruiz Soroa”. Y podríamos añadir nombres catalanes tan destacados como los de Francesc de Carreras o Juan-José López Burniol, absolutamente convencidos de que no hay solución que no pase por una consulta.

De lo que no puede caber duda alguna es que la situación actual no puede mantenerse, y que una tensión creciente sólo puede derivar en un conflicto sin remedio que a todos perjudicaría. Como dijo Javier Pérez Royo: “No se puede pedir a los catalanes que tengan una voluntad política distinta de la que tienen”. Y, nos guste o no, hemos constatado ya que muchos catalanes están hartos.

El rechazo del actual statu quo de amplios sectores de la sociedad catalana estalla a partir de la Sentencia de Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, que alteró un texto refrendado por los ciudadanos tras haber sido pactado entre las instituciones catalanas y españolas. Si un nuevo pacto debe sustituirlo, dicho acuerdo debe ser también decidido por el voto de los ciudadanos, para no incurrir en un grave déficit de legitimidad.

Creo que nos encontramos ante tres escenarios posibles: o se abre una perspectiva de reforma constitucional federal que permita a una mayoría de catalanes sentirse cómoda en una España plural y diversa, o se ofrece un trato singular a Cataluña que satisfaga a esa mayoría sin necesidad de reformar el Estado autonómico, o un callejón sin salida nos llevará irremisiblemente más pronto que tarde al tan temido un choque de trenes. Las dos primeras opciones requerirían de un refrendo ciudadano y personalmente considero preferible la primera (www.reformafederal.info). Un Estado democrático de carácter plurinacional como España o se organiza de forma federal, o acabará por no ser viable.

Es absurdo pretender prefigurar hoy el resultado de una negociación tan difícil como la que deben emprender ya las instituciones catalanas y españolas. Deberá hablarse del referéndum o consulta (pregunta, condiciones para organizarlo, consecuencias de la decisión ciudadana) y también de los contenidos de un eventual nuevo pacto: reconocimiento de las aspiraciones nacionales catalanas, financiación, infraestructuras, aspectos lingüísticos, culturales y educativos, Senado territorial, participación en las instituciones europeas, garantías de lealtad recíproca, etc. Porque la decisión no debería limitarse a elegir entre romper o quedarnos como estamos. Es hora, pues, de dialogar y pactar, porque pronto ha de llegar también la hora de decidir.

La resposta de Rajoy

LA RESPUESTA DE RAJOY
ABC, 5.09.13

Artur Mas tardó 7 meses en enviar una carta a Mariano Rajoy, y ahora todo son prisas por obtener una respuesta. Realmente el contenido de la carta de Mas podría merecer una escueta y sencilla respuesta del tipo: “Llámame y nos vemos para hablar de todo con calma”. O una respuesta irónica del tipo: “Me pides que autorice una consulta pero no me dices qué quieres preguntar, y el informe que me mandaste días después confunde más que aclara. Llámame y nos vemos para hablar de todo con calma”.

Pero la elección del género epistolar para iniciar un proceso de negociación quizá aconseja una respuesta más elaborada. Algo así como: “Ya sabes que la legalidad vigente la constituyen la Constitución, el Estatuto y la Ley Orgánica que regula las modalidades de Referéndum, leyes todas ellas que pueden modificarse a través de la negociación y el acuerdo de amplias mayorías. Soy consciente del malestar creado tras la Sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto, de la sensación de maltrato fiscal y de una insuficiente protección y respeto de la lengua y la cultura catalanas, y del temor a una recentralización administrativa. Sé bien que entre todos podemos hacer más para garantizar el pleno autogobierno, el respeto a la diversidad y una financiación justa. Deberíamos vernos pronto para hablar de todo ello. Mi disposición al diálogo es total y sincera pero, para que las cosas salgan bien, esa disposición debe ser mutua. Podríamos empezar por hablar de financiación, que debe ser revisada el año que viene. Llámame y nos vemos para hablar de todo con calma”.

Ya sé que es mucho pedir pero me gustaría que la carta acabase así: “Postdata: por cierto, me dicen que los socialistas están trabajando sobre una propuesta de reforma constitucional, quizá valdría la pena echarle un vistazo”.

En todo caso, los catalanes y el conjunto de los españoles merecen que la respuesta de Rajoy a Mas abra caminos de diálogo y entendimiento. Cualquier otra opción sería tremendamente irresponsable.